El caballo rojo
Para Eugenia Huerta
Era un caballo rojo galopando sobre el inmenso río.
Era un caballo rojo, colorado, colorado
«como la sangre que corre cuando matan a un venado».
Era un caballo rojo con las patas manchadas de angustioso cobalto.
Agonizó en el río a los pocos minutos. Murió en el río.
La noche fue su tumba. Tumba de seco mármol
y nubes pisoteadas.
Efraín Huerta,St. Louis, Mo., 1949
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